EL BLOG DE PABLO MORA VENEZUELA

lunes, 20 de enero de 2014

Nuestra guerra como cristianos



TEXTO AUREO: "Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan" (San Mateo 11: 12).

Cualquier país en el mundo, sus gobernantes y el mismo pueblo, aceptan una guerra convencional, o un enfrentamiento guerrillero, o una situación de terrorismo (explosiones, ataques bacteriológico, secuestros,etc.) cuando un grupo de personas (los agresores) intenta forzar su voluntad en otro grupo de personas, y aquellas contraatacan, comienza una guerra.

La guerra es la forma de conflicto socio-político más grave entre dos o más grupos humanos. Es quizá la más antigua de todas las relaciones internacionales. Supone el enfrentamiento organizado de grupos humanos armados, con el propósito de controlar recursos naturales o humanos, o el desarme, sometimiento y, en su caso, destrucción del enemigo, y se producen por múltiples causas, entre las que suelen estar el mantenimiento o el cambio de relaciones de poder, dirimir disputas económicas o territoriales.

En Ciencia Política y Relaciones Internacionales la guerra es un instrumento político, al servicio de un Estado u otra organización con fines políticos.

Desde el punto de vista de nuestra Fe llevar el evangelio es una guerra generalizada. Absoluta, en diferentes frentes de batalla o lucha para lograr un cambio, establecer el reino de Dios: 1- El mundo. 2- Nuestro mente (Conciencia) ejerciendo el dominio sobre el cuerpo. 3- Hacer huir a Satanás y sus agentes demoniácos.

La guerra no es sólo "espiritual". Contra Satanás. Descubramos eso hoy mismo antes que sea demasiado tarde por echarle la culpa a otra persona: "La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí". "...Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí" (Génesis 3: 12, 13).

La "espada" de Cristo: "Y los enemigos del hombre serán los de su casa" (San Mateo 10: 36).

Pablo exhorta a Timoteo: «Pelea la buena batalla de la fe» (1 Ti. 6:12). En el versículo anterior el apóstol manda seguir «la justicia, la fe, el amor, la paciencia y la mansedumbre»; de modo que el contexto de su exhortación es la lucha contra el pecado. En 2 Timoteo 4:7 Pablo declara: «He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe». Aquí él afirma «ya estoy listo para ser sacrificado». El contexto en este caso es la lucha por mantenerse en el ministerio. En 1 Corintios 9:26, 27 Pablo escribe: «de esta manera peleo… golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado». Ahora es para tratar de decir que es una batalla que se da en su cuerpo: La mente dominando el cuerpo (Dominio propio), sometiéndolo a Cristo. En Colosenses 1:29 Pablo afirma que está «luchando según la potencia de Él, la cual obra poderosamente en mí». En el versículo anterior su preocupación es «presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre»; de modo que el contexto es, nuevamente, la batalla en la mente.

Nos costaría demasiado tiempo examinar toda referencia que Pablo hace a la guerra nuestra de cada día como cristianos, pero creo que se puede afirmar que Pablo la interpretaba en primer lugar como una lucha contra el mundo y la carne. La posición de los demás escritores neotestamentarios es similar. En casi todos los libros del Nuevo Testamento hay referencias a la lucha contra los poderes satánicos, pero están en minoría en comparación con las muchísimas referencias a la lucha contra el mundo y la carne. Por eso acepto la definición de la "guerra nuestra de cada día" como la lucha contra el mundo, la carne y el diablo, y en este orden.

"Escasa idea tenemos de la fuerza que adquiriríamos si nos pusiéramos en contacto con la fuente de toda fuerza. Caemos repetidamente en el pecado, y creemos que deberá ser siempre así. Nos aferramos a nuestras debilidades como si fueran algo de lo cual debemos estar orgullosos. Cristo nos dice que debemos poner nuestro rostro como pedernal si queremos vencer. Él llevó nuestros pecados sobre su cuerpo en un madero; y por el poder que nos ha dado, podemos resistir al mundo, a la carne y al demonio. No hablemos, pues, de nuestra debilidad y falta de eficiencia, sino de Cristo y de su fuerza. Cuando hablamos de la fuerza de Satanás, el enemigo consolida más su poder sobre nosotros. Cuando hablamos del poder del Poderoso, hacemos retirar al enemigo. Al acercarnos a Dios, Dios se acerca a nosotros [...].

"Muchos de nosotros dejamos de aprovechar nuestros privilegios. Hacemos pocos y débiles esfuerzos para practicar el bien, y luego volvemos a nuestra vieja vida de pecado. Si alguna vez hemos de entrar en el reino de Dios, será con carácter perfecto, sin mancha, arruga ni cosa semejante. Satanás trabaja con mayor actividad al acercarse el fin del tiempo. Tiende sus trampas, sin ser advertido por nosotros, para posesionarse de nuestra mente. Trata de todas maneras de eclipsar la gloria de Dios del ser. A nosotros nos toca decidir si él gobernará nuestro corazón y nuestra mente, o si tendremos un lugar en la tierra nueva, un derecho a la heredad de Abraham." (Ellen White. Mensajes para los Jóvenes, p. 72.4 (1).


Nuestra declaración de guerra:

Contra el mundo. Abandonar el mundo. Su sociedad consumista. Salir de las ciudades a los campos.
Contra la carne. Morir a nuestros defectos. Hacer que nazca el Hombre Nuevo en Cristo.
Contra Satanás. "Hacer huir a Satanás" (Sant. 4: 7).

Establecer el reino de Dios y su justicia nunca será en un acto de guerra convencional...Una Cruzada. Facciones de grupos guerrilleros. Terrorismo. Anarquismo. El reino de Dios y su justicia es ayuda mutua o capitalismo solidario Más información (Hebreos 13: 15, 16).


Todo lo anterior es imposible sin Cristo. Todos retrocederían como lo hacen siempre y lo harán ahora mismo. Mas, debemos aferrarnos a Cristo porque "TODO LO PODEMOS EN CRISTO" (Fil. 4: 13).

Y a decir de Ellen White convertirnos en seres superiores a Satanás. NO HAY OPCIÓN PARA GANAR LA GUERRA NUESTRA DE CADA DÍA:

"Los seres celestiales trabajarán con el agente humano que, con fe decidida busque esa perfección de carácter que logrará la perfección en la acción. Cristo dice a cada uno de los que se ocupan en su obra: “Estoy a tu mano derecha para ayudarte”.
"Cuando la voluntad del hombre coopera con la voluntad de Dios, llega a ser omnipotente. Cualquier cosa que debe hacerse por orden suya, puede llevarse a cabo con su fuerza. Todos sus mandatos son habilitaciones.—( Ellen White. Palabras de Vida del Gran Maestro, 266-268

El resaltado en color es nuestro.